Los coches convertibles, o descapotables, son el sueño de la mayoría de las personas.
Dicen que el coche descapotable es una de las mayores innovaciones en la historia del automóvil. Esto, sin embargo, no es cierto.
De hecho, los primeros automóviles eran todos descapotables.
Un buen ejemplo es el cuadriciclo lanzado por Henry Ford en 1896, que, al igual que casi todos los vehículos de motor de la época, siguió el diseño de coches de caballos. En aquellos días, si usted estaba manejando y quería salir de la lluvia, tendría que improvisar algún tipo de cobertura o estacionar debajo de un árbol.
En 1905, Cadillac comenzó a ofrecer vehículos cerrados como una opción. Ellos fueron un gran éxito entre los conductores de la época, que estaban cansados de comer el polvo y las moscas mientras manejaban a 25 MPH. En 1910 Cadillac hizo estándar su diseño, y parecía que los días del coche descapotable habían terminado.
Pero tan pronto tuvieron los automovilistas refugio de los elementos se aburrieron y los pri- meros descapotables verdaderos surgieron en la década de 1920.
Los primeros modelos permitían entradas de corrientes de aire y techos que eran difíciles de operar.
Esto cambió en 1934, con la introducción de la línea Eclipse 601 de Peugeot, que contó con un techo rígido retráctil. Esto fue seguido en 1939 por Plymouth, que en ese año presentó los primeros techos controlados por un motor.
En la década de 1950, Rambler introdujo el Nash convertible con marcos de puertas y pilares B que se quedaban en su lugar aun cuando el techo retráctil se movía de la parte superior.
Esto permitió una mayor integridad estructural y eliminaba el ruido y otros problemas asociados con convertibles anteriores.
En la década de 1970, la preocupación por el gobierno en introducir estrictos estándares de seguridad casi puso el último clavo en el ataúd de la convertibilidad porque eran considerados muy peligrosos al rolar sobre si mismos en los accidentes.
Pero esos temores resultaron infundados y en los años 80 el descapotable estaba disfrutando de un renacimiento entre los conductores estadounidenses.
Hoy en día, las innovaciones como techos de cristal que se deslizan hacen los coches descapotables cada vez más populares, de una manera que nunca soñaron los pioneros del automovilismo.